INTERGENERACIONAL /POETAS Y ESCRITORES HONDUREÑAS(OS)




POETA, CLEMENTINA SÚAREZ /1902-1991
GENERACIÓN DEL 35 O GENERACIÓN DE LA DICTADURA/ Honduras
GENERACIÓN 1900 / México (1893 A 1907)
Nació en Juticalpa en 1902 o 6 haya una disputa con su registro
Fue una Bohemia apasionada de los cafés,. Desde muy niña se habituó a ir donde quería y hacer lo que le pareciera. No le molestaba ser la única mujer que frecuentaba el estanco de "Mamá llaca" en el Barrio La Ronda de Tegucigalpa.
Fue una mujer que adoraba la compañía de los hombres en todas las formas, le encantaba estar rodeada de talentos, energía e ideas. De hecho la educación de Clementina era la gente.
A Clementina Suárez se le llamo la "Mujer Nueva" de Honduras. Vestía pantalones cortos y traje de baño; celebraba su cuerpo no sólo en su vida sino también en su poesía. Fue liberada, independiente y franca. Tegucigalpa se escandalizó y se intrigó por ella. Y aunque ella fue la primera mujer que publicó un libro en Honduras, la gente se interesaba más por sus amantes que por su poesía (Janeth N. Gold.). En diciembre de 1991 la delincuencia se ensaño con está célebre Poeta.
Clementina en la pintura Clementina no fue un personaje que quedó solo en la literatura, la poeta inspiró el pincel de muchos reconocidos pintores, que hicieron de su rostro una obra perdurable y digna de admirar. Entre los artistas que llenaron sus lienzos con el carisma de la hondureña, están: Diego Rivera, Jorge González Camarera y Fernando Leal, de México; Francisco Amighetti y Francisco Zúñiga, de Costa Rica; Camila Mineros y Luis Salinas, de El Salvador; y de Honduras Carlos Garay, Benigno Gómez, Miguel Ángel Ruiz Matute, Álvaro Canales, Luis Padilla, Aníbal Cruz, Mario Castillo y Gelasio Giménez, entre otros. Algunas de las obras pueden ser apreciadas en el Centro Cultural Clementina Suárez, recinto homenaje a la literata, que fue una iniciativa del Club Rotario Tegucigalpa Sur. Otro homenaje a la escritora lo hizo la Fundación Clementina Suárez, que instauró el Certamen de Poesía Clementina Suárez, en el cual participan escritores hondureños con obras cuya temática central es la poeta.
Fue asesinada en 1991, y su muerte sigue impune.
Roberto Bardini (México)
http://bambupress.wordpress.com/2009/09/23/alta-es-la-noche-y-clementina-vigila/
Janeth Gold (EEUU)
http://bama.ua.edu/~tatuana/numero1/retratos.html
http://www.elheraldo.hn/Secciones-Principales/Vida/Clementina-la-poeta-que-cambio-una-epoca
Vídeo sobre Clementina Súarez en:
http://blip.tv/paula-heredia-pictures/clementina-suarez-571626
Poesía y biografía en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Clementina_Su%C3%A1rez
http://hondurasescribe.blogspot.mx/2010/03/clementina-suarez.html
http://hondurasescribe.blogspot.mx/search/label/Clementina%20Su%C3%A1rez
http://mujeresrevolucionaria.blogspot.mx/2011/07/clementina-suarez-subversive-honduran.html
http://www.eldiariodeolancho.com/la-primer-mujer-poeta-hondurena/



JACOBO CÁRCAMO, POETA /1916-1959
Particularmente es uno de los poetas hondureños que más me ha gustado, en especial un poema de él llamado Canto a la Vida, unos versos que me encantaron de él, fueron Nadie cante a la muerte, sino sabe que es la vida...o esa parte que versa El hombre es doble árbol o mariposa herida, hormiga equivocada...Como les mencioné Jacobo Cárcamo también estuvo exiliado en México, parece ser que los políticos de éstas tierras, más que políticos son familias de asesinos, vino aquí a México, le otorgaron una beca, no me extrña porque es dulce, de gran aliento y muy humano.
JACOBO CÁRCAMO Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa” en 1955, fue uno de los literatos destacados de esta generación. El poeta y periodista nacido en 1916, fue colaborador de diario El Cronista y de las revistas Tegucigalpa y ANC (Asociación Nacional de Cronistas). En México, país donde vivió hasta el final de sus días en 1959, colaboró con los diarios Nacional y El Popular. Sus trabajos más reconocidos son “Flores del alma” (1935), “Brasas azules” (1938), “Laurel de Anahuac”, “Pino y sangre” (1955), “Preludio continental” (Antología póstuma, 1977) y Antología (edición póstuma, 1982).
En fin no lo olvido, pero lea enxo otro muy tierno dirigido a los niños muertos en las guerras, universal:
A LOS NIÑOS MUERTOS EN LA GUERRA
Por el hombre que andaba en cada niño...
por la madre auroral
derramando ternura en su muñecas...
por el clavel herido en su mañana...
por el quetzal,
condenado a un silencio impenetrable al trino,
y aun embargo ajeno
al odio de los hombres y al amor de los buitres.
Jamás se derramó tanta inocencia...
jamás juntó la tierra tantos cráneos azules...
ni más quejas el viento,
ni más compacta lobreguez el mundo.
En el pecho materno se doblaron...
segados dos por hisopos de metralla,
volaron sus laureles diminutos.
La ley era el obús...
las alas de muerte el mecánico enjambre...
la guerra como un incendio negro por ciudades.
Y en tanto, en las alas de todos los minutos...
sobre amargas comarcas de ceniza,
precipitándose,
perdiéndose,
hundiéndose un cruento y quejumbroso mar de niños.
En sus gritos confluyen los idiomas...
en sus ojos parecen los más raros paisajes
y sus tumbas tiene tatuada la tierra
con agujas de luto
En el páramo chino...
en el suburbio libero...
en las estepa de Lenin
y hasta en los mismos recintos agresivos;
los niños se dan la mano
bajo su universal y frío cementerio.
Y hay orfandad de azul en muchas almas...
corre menos amor por los ríos del mundo...
se ha mutilado al siglo...
las bayonetas rieron en balcones de escuela...
el juvenil rosal crujió bajo la bota
y se mancharon linfas inviolables,
mientras los niños de Etiopía,
los infantes de Francia
y las firmes criaturas eslovacas
opacaban al sol con sus despojos.
Muertos en el anuncio de su canto...
heridos sin tocar el fusil con sus dedos de rosa,
esos niños levantan su voz desde el pasado...
se unen en un solo martilleo de luz.
El humo de sus carnes es nube amurallada
que sangra tibia historia:
películas de llanto...
televisiones tétricas
de niños todos juntos y apretados y yertos.
¡Que el amor de los muertos sea flor de los vivos...
que nos demos al alba
y que el maestro alumbre con su índice
el mapa hecho con sangre de millares de niños!
CANTO A LA VIDA
Nadie cante a la muerte, si no sabe qué es vida…
Nadie podrá matarnos…
Nada podrá perdernos…
En la muerte se nace con más sangre y más sueño.
Muere quien no ha sabido vivir…
Mueren el perro solo,
la hormiga equivocada
y el hombre que no mira al porvenir.
Nuestra es la fuerza,
el ímpetu inmortal,
la vida de la muerte,
la muerte de la vida,
y esos ideales pulcros
que levantan cadáveres más allá de sepulcros.
Cuando se aprende a dirigir el hambre,
cuando se llega a rebasar el muro,
la muerte es una rosa deshojada
de pétalos visibles y seguros.
Que no nos llore nadie…
Queremos epitafios de venganza y de ira…
¡Qué grande la confianza de la muerte
junto a la fe profunda de la vida!
Vida la nuestra, larga hasta la estrella…
Muerte de un hombre por un mar de hombres.
Lucha del astro por su firmamento.
Que no nos llore nadie.
La mariposa es hombre enloquecido,
se quema en su esperanza…
El hombre va a la lumbre con sentido
y destruye con ella al enemigo.
El árbol es un hombre arrepentido,
cae y lo hacen fuego…
El hombre es siempre hombre, si ha vivido.
El hombre es doble árbol y mariposa viva…
¡Nadie cante a la muerte, si no sabe qué es vida!
Después de largos años de destierro, de un furioso exilio,
Lejos del verde cuenco de la patria,
afuera de su nítida naranja
biografía:
http://jacobocarcamo.blogspot.mx/2010/12/biografia-de-jacobo-carcamo.html
http://jacobocarcamo.blogspot.mx/
http://antologialiteraria.freewebspace.com/Jacv_car.html
http://www.youtube.com/watch?v=i8AxsqQ950M
https://casasolaeditores.wordpress.com/2015/02/20/panorama-de-la-poesia-hondurena-5/




RAMÓN AMAYA AMADOR /1916
Ramón Amaya nació en la ciudad de Olanchito, en el departamento de Yoro. Educado en la ciudad de La Ceiba comenzó su obra y aprendizaje trabajando en unas plantaciones bananeras ubicadas en las cercanías del mar Caribe, en la costa de Honduras. En esta zona sale a la luz su primer trabajo, en 1939 y titulado La nochebuena del campeño Juan Blas, editado y publicado por la revista ANC.
En 1941 comenzó una etapa como periodista, empleándose en el periódico El Atlántico de La Ceiba. Comenzó como redactor, escalando rápidamente hasta llegar a ser editor periodístico. En octubre de 1943 Ramón Amaya fundó una revista semanaria en la ciudad de Olanchito, llamada Alerta.
En 1944, escapando de persecución política, huyó buscando refugio en Guatemala, país que lo acoge por los siguientes diez años. Trabajó en el periódico Nuestro Diario y prestó colaboración en El Popular Progresista, Mediodía y Diario de Centroamérica. Tras el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, buscó asilo en la embajada de Argentina para posteriormente migrar hacia este país, donde se radicó en la ciudad de Córdoba y trabajó para la editorial Sarmiento. Es en esta ciudad donde conoció a Regina Arminda Funes, quién sería posteriormente su esposa.
En mayo de 1957 regresó a Honduras, donde comenzó a trabajar para el periódico El Cronista y fundó la revista Vistazo en Tegucigalpa. En abril de 1959 abandona de nuevo el país junto con su esposa y sus dos hijos: Aixa Ixchel y Carlos Raúl, radicándose en Checoslovaquia. Tomó residencia en la ciudad de Praga, donde trabajó para una revista llamada Problems of Peace and Socialism hasta su muerte. Ésta ocurrió debido a un accidente de aviación acaecido en las cercanías de la ciudad de Bratislava, Eslovaquia.
Contemporaéneo de Octavio Paz, Ignacio Bernal y Juan Rulfo entre otros.
En septiembre de 1977 los restos de Ramón Amaya finalmente fueron repatriados y regresaron a Tegucigalpa.
Ramón Amaya se dio a conocer como escritor a mediados del siglo XX, cuando su primera novela, titulada Prisión verde (México: Ed. Latina, 1950), vio la luz en suelo azteca, ante la imposibilidad de imprimirla en Honduras debido al hostigamiento de las autoridades políticas. A pesar de ello, esta obra alcanzó de inmediato una veloz difusión en todo el subcontinente americano, y fue reeditada en varias ocasiones, a lo largo de los años cincuenta, tanto en México como en Argentina. Poco tiempo después de la publicación de esta opera prima, el escritor de Olanchito difundió una pieza dramática titulada La peste negra, aunque pronto regresó al cultivo de la prosa de ficción y abandonó para siempre el género teatral.
Su segunda novela publicada, Destacamento rojo (1952), vio la luz también en México, aunque no fue reeditada hasta 1962. Entretanto, dio a los tórculos otras interesantes narraciones como Los constructores (Tegucigalpa: Ed. Paulino Valladares, 1958) y Los brujos de Ilamatepeque (Tegucigalpa: Ed. Paulino Valladares, 1958), y escribió otras novelas que, o bien salieron a la calle con carácter póstumo, o bien permanecieron inéditas. Entre las primeras, cabe citar las tituladas Operación gorila (Moscú, 1970) y Cipotes (Tegucigalpa: Ed. Universitaria, 1981), esta última reputada por críticos y lectores como lo más granado de su obra; entre las que no corrieron la misma suerte, figuran títulos tan sugerentes como Rieles gringos [fechada en 1951], Biografía de un machete [1959], Buscadores de botijas [1961] y Un aprendiz de Mesías [1961]. Además, el escritor de Olanchito fue autor de un ensayo sobre el presente histórico de su nación, publicado bajo el revelador epígrafe de Memorias y enseñanzas del alzamiento popular de 1954 (Tegucigalpa: Ed. Juan Pabeo Winwright, 1989).
En líneas generales, las ficciones novelescas de Ramón Amaya Amador reflejan el universo laboral que el propio autor conoció durante sus años como trabajador agrícola en las explotaciones bananeras, así como otros ambientes protagonizados por personajes pertenecientes a los grupos marginados por causas laborales (obreros, limpiabotas, etc.) o sociales (mendigos, prostitutas, etc.). Concebida desde una perspectiva estética que puede encuadrarse dentro del realismo socialista vigente en su época (aunque desprovista de esa linealidad formal y temática que fue, poco a poco, anquilosando la corriente), la producción narrativa del autor hondureño cobra en ciertas ocasiones tintes reivindicativos que lindan con la simpleza de los textos panfletarios, aunque la mayor parte de sus páginas supera ampliamente esta obviedad propagandística para ofrecer un fresco vivo y doloroso de las miserias de sus compatriotas, junto a una exacta disección de la crueldad gratuita de sus explotadores.
Leer a Ramón Amaya Amador resultó un viaje particular a las insondables manifestaciones de la psiquis humana y los tejisdos del fanatismo y corrupción coludidas en el miedo y la obediencia ciega, especialmente en su libro "Los brujos de Ilamatepeque"
http://www.ramon-amaya-amador.com/index.php/biografia/79-esbozo-biografico-por-longino-becerra
http://www.ramon-amaya-amador.com/index.php/biografia
http://es.wikipedia.org/wiki/Ram%C3%B3n_Amaya_Amador
http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=amaya-amador-ramon
http://antologialiteraria.freewebspace.com/Amaya_a.html

Jaime Fontana (Víctor E. Castañeda)
Nació en el pueblo de Tutule, La Paz, el 13 de abril de 1922 y murió cincuenta años después en Tegucigalpa el 26 de junio de 1972. Obtuvo en 1943 el Primer Concurso Científico Morazánico y en 1947 el Primer en la rama de poesía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras con motivo de su centenario. Su único libro COLOR NAVAL fue galardonado con el Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores y en 1962 obtuvo el Premio Asteriscos de Junín Argentina. La poesía de Jaime Fontana se individualiza por sus expresiones poéticas, nostálgicas y llenas de sensualidad.
http://carrera-de-letras.blogspot.se/2010/08/jaime-fontana.html

JOSE LUIS QUESADA
(Olanchito, Yoro, 1948) Poeta y cuentista hondureño, al que se considera representativo de las nuevas generaciones líricas de su país.
Realizó estudios de Filología en Costa Rica. Fue finalista del premio centroamericano Juan Ramón Molina en Tegucigalpa y la UNAH le concedió en 1992 el José Trinidad Reyes en reconocimiento a su obra. Ha pertenecido a los grupos culturales La Voz Convocada y Tauanka; el primero en la ciudad de La Ceiba y el segundo en Tegucigalpa.
Su obra ha aparecido en las páginas culturales de los diarios El Día, La Prensa, y El Tiempo en la Revista de Artes y Letras Presente. Se encuentra antologado en Poesía Hondureña de Hoy y en la Última Góndola.
Gran parte de su producción poética ha sido reproducida en el libro colectivo La voz convocada (1967) y varias antologías literarias. En el tratamiento de sus temas revela una sabia utilización de los recursos formales, desde la exploración en lo cotidiano a las referencias culturales, desde la indagación existencialista a las respuestas humanas en el devenir histórico. Para determinados críticos, su poesía se adhiere más a un tono conversacional que a un lenguaje eminentemente literario.
Entre sus libros de poesía destacan Porque no espero nunca más volver (1974),Cuaderno de testimonios (1981), La vida como una guerra (1982), Sombra del blanco día (1987) y La memoria posible (1990). Como cuentista publicó El falso duende (1994).
PREGUNTAS A CAUSA DE LA POESÍA
Siento pesar por los que no aman la poesía.
De verdad, ¿no la necesitan?
Si se sientan y ven la noche
y una estrella robusta,
¿no quisieran grita cosas prohibidas,
penadas por la ley como un estupro?
Y si entran GANAS de gritar a todos
Si echan de menos algo aquí se queda,
de verdad, ¿no querrían
un lápiz y papel para hacer garabatos?
Yo no sé adónde van los que no la conocen.
Cómo comen su pan cuando está duro,
cómo limpian sus manos y su frente.
En este tiempo duro, este tiempo de guerra,
¿no quieren esta flor, esta hermosa culata de fusil?
http://circulodepoesia.com/2010/05/foja-de-poesia-no-194-jose-luis-quesada/
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/q/quesada_jose_luis.htm